Acompañada de dos reinterpretaciones de ofrendas preshipánicas, las cuales se colocaban a nivel de piso debido a su cosomognía y su relación con el inframundo que se creía era el primer lugar al que iban las almas de los difuntos para purificar su cuerpo físico a través de la tierra y su alma por todo aquello que habían expeditando en vida.

En estas reinterpretaciones se utilizan elementos de lo altares  tradicionales mexicanos como las velas, que simboliza la luz que ilumina el camino de los muertos. la Flor de cempasúchil, represtando al sol que ayuda a guiar el camino de las almas con su colorido y su aroma y la sal que se utiliza como símbolo de purificación.